James Watt mejoró mucho la máquina de vapor y definió una unidad para medir su potencia: El caballo de vapor. En aquella época, en las minas se utilizaban caballos para extraer materiales. Watt midió el trabajo que realizaba un caballo típico durante un período grande de tiempo y luego calibró sus máquinas de acuerdo con ello. Así, pudo decir a su clientela que una máquina de un caballo de vapor reemplazaría a un caballo.
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